Las caídas en el hogar son una amenaza muy seria para la salud de los mayores y representan uno de sus problemas más importantes. Actualmente en España cerca de dos millones de personas mayores de 65 años viven solas, lo que los convierte en personas especialmente vulnerables.

Según las encuestas, el 50% de los mayores de 80 años, y un 33% de los mayores de 65, sufre al menos una caída doméstica cada año. Y lo que es peor, las caídas son la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales o no intencionales, según el Informe Mundial de la OMS.

Las personas mayores no solo tienen mayor riesgo de sufrir caídas, sino que, al caerse, tienen un mayor riesgo de lesiones, hospitalización y complicaciones.

Para un enfoque básico de prevención de caídas, las personas mayores deberían comenzar examinando la salud de sus pies.

Por ejemplo, un informe de 2016 del Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) señalaba que un 70% de los españoles padecen algún tipo de enfermedad en los pies.

Las afecciones dolorosas de los pies, como la osteoartritis, los callos, los juanetes, los dedos en martillo y las complicaciones derivadas de la diabetes, pueden dificultar que las personas mayores mantengan el equilibrio y la coordinación al caminar o pararse.

Se estima que dolencias como los callos, los juanetes o las durezas afectan a siete de cada diez españoles.

Por otra parte, las personas de mayor edad han sufrido por el paso de los años un importante desgaste en la almohadilla plantar, aumentan las metatarsalgias (dolor en el antepié) y la aparición de duricias, patologías que, aunque no son graves pueden ser muy dolorosas al caminar y pueden provocar caídas o úlceras en las personas diabéticas.

Y para agravar el problema, los mismos ejercicios destinados a corregir los factores de riesgo de caídas, como la debilidad de la parte inferior del cuerpo, así como los problemas de la marcha y el equilibrio, son difíciles de realizar cuando estas personas mayores padecen afecciones dolorosas en los pies y los tobillos.

Aunque existen numerosos factores que causan caídas, los expertos aconsejan que las personas mayores o sus cuidadores y familiares, pueden tomar medidas para reducir el riesgo minimizando o incluso eliminando el dolor en el pie.

Hacerlo mejorará el equilibrio, la coordinación y la estabilidad al caminar o pararse.

  • No ignores el dolor: el dolor de pie no es una consecuencia normal de envejecer, por lo tanto, no debemos resignarnos a sufrir y sufrir. Es probable que tengamos una afección que se puede tratar. Para un diagnóstico e intervención adecuados, asegúrate de prestar atención a tus pies y acude a un podólogo cuando sea posible.
  • Examina tus pies: nosotros somos lo que mejor conocemos nuestro cuerpo y los exámenes regulares de los pies en casa nos permiten conocer su estado.  A la señal de golpes, bultos u otros cambios en sus pies, acude a un podólogo cuando sea posible.
  • Haz ejercicios: los ejercicios de estiramiento simples pueden ayudarnos a mantener la fuerza y ​​la movilidad en los pies y los tobillos, así como a aliviar el dolor.
  • Protege tus pies: Usa almohadillas, plantillas o cualquier calzado especial por recomendación del podólogo. Asegúrate de usar siempre zapatos cómodos todos los días.

Una mala caída en casa puede privar permanentemente a las personas mayores de su independencia y reducir drásticamente su calidad de vida. Sin embargo, cuidar bien los pies y los tobillos puede reducir el riesgo de un resbalón, tropiezo o caída que altere su vida.